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viernes, 20 de abril de 2012

LA HISTORIA DE LA CERVEZA A TRAVES DE SUS EMPAQUES


Como llevar un liquido tan preciado como la Cerveza a los consumidores en las mejores condiciones y en un envase atractivo ¿?

Esta pregunta se remonta a los orígenes mismos de la espumosa bebida.

Como hemos visto en otras colaboraciones de este Blog, al ser un producto “vivo” la cerveza requiere de ciertos cuidados para que no pierda sus propiedades, la frescura es un aspecto importantísimo a la hora de paladear el líquido. Y por si no lo ha notado estimado lector, la cerveza  también tiene fecha de caducidad.

Comenzaremos este relato a finales del siglo XIX cuando se diseñaron los métodos para la elaboración masiva de la cerveza.

En la última década del siglo XIX la cerveza se vendía masivamente en los centros de consumo, básicamente cantinas y restaurantes, siempre bien enfriada con hielo. El consumo en los hogares prácticamente no existía, ya que se carecía de empaques para llevarla y tampoco se podía almacenar por varios días, ya que el líquido no tenía ningún proceso que le permitiera conservarse, la pasteurización aun no se aplicaba al proceso.

Uno de los empresarios en los Estados Unidos con mas visión en aquellos años fue el inmigrante alemán Adolphus Bush, yerno de Eberhard Anheuser, este último tenía una pequeña cervecería en San Luis Missouri, el joven Bush quien empezó a colaborar con su suegro, deseaba expandir su área de ventas y encontró la forma de evadir el obstáculo de la pronta caducidad del producto haciendo un convenio con las compañías de ferrocarril para que se le diera preferencia a sus embarques de cerveza. Así que creo la logística para habilitar vagones refrigerados con hielo y de forma exprés enviarlo a las ciudades vecinas. La cerveza aun era envasada en barriles de madera. Su visión y esfuerzo permitieron que la cerveza Budweiser fuera conocida en todo el medio oeste de los Estados Unidos.
 

La aparición de botellas de vidrio para envasar cerveza dieron lugar a una cantidad tan variada de formas, tamaños y colores que hoy en día hay grandes y preciadas colecciones de botellas de cerveza de principios del siglo XX, la mayoría con sistema de sellado a base de corcho y alambre (muy similar a los refrescos) muchos de los envases eran grabados en relieve con el escudo del fabricante, algunos de ellos muy elaborados y vistosos.


Conforme la comercialización creció, las botellas tendieron a estandarizarse en forma y capacidad, ya que aparecieron los fabricantes de maquinas llenadoras y lavadoras de botellas.

El negocio de la cerveza tenía ya tal tamaño que permitía en muchos casos a los empresarios adquirir o asociarse con vidrieras para fabricar sus propias botellas y también las tapas metálicas, que para la primera década del siglo XX ya eran muy parecidas a las que conocemos hoy en día. También hay que considerar las rejas de madera en un principio y cartón después para transportar las botellas agrupadas usualmente en cantidades de 12, 20 o 24 unidades, este tipo de productos provocaron una industria paralela a la cervecera, controlada por los mismos consorcios.

Los envases grabados en relieves dejaron de utilizarse caso por completo para dar paso a las etiquetas de papel, mismas que hoy en día se siguen usando en algunas marcas.


El barril de madera siguió utilizándose en algunos bares y restaurantes, sobre todo en Europa y fue sustituido hasta la segunda mitad del siglo pasado por el de aluminio, aunque se le puede encontrar aun en lugares retro, donde se promueven cervezas artesanales o de fabricación casera.

Para la década de los sesentas del siglo XX, había en México un mercado dominado por 2 tamaños de empaque de cerveza, la llamada de cuartito, con una capacidad de 210 mililitros (7 onzas) y la media de 325 mililitros (11 onzas). Fue en esa década donde aparece el empaque de tamaño grande de 950 mililitros (32 onzas), que por efectos de mercadotecnia cada empresa la bautizo de diferente manera:

Grupo Modelo la llamo “Familiar”

Cervecería Cuauhtémoc la llamo “Caguama” en alusión a las grandes tortugas

Cervecería Moctezuma la llamo “Maxi”

Cervecería del Pacifico la llamo “Ballena”





Aparecieron también en esa época las presentaciones “Premium”, con novedosas botellas de  diferentes formas, aunque respetando la capacidad de 325 mililitros usuales, como la Modelo Especial en envase de Vidrio, la Negra Modelo o la Bohemia. Todas entregadas en cartones de 12 unidades.

A finales de los sesentas parecen las primeras presentaciones en Lata, siendo Modelo Especial y Tecate las pioneras en el mercado. Con la salvedad que tenía 1 onza más de líquido, es decir  355 mililitros, presentación que se conserva al día de hoy.



Es importante destacar que mientras el mercado mexicano se utilizaba la presentación llamada “media” en botella de 11 onzas, en casi todo el mundo este empaque era de 12 onzas. Y considerando que tanto Grupo Modelo como la ya fusionada Cervecería Cuauhtémoc-Moctezuma tenían importantes volúmenes de exportación, provocaba una complicación logística importante para los encargados de las plantas cerveceras, ya que había que estar calibrando las llenadoras constantemente.

Otro desfase en la comercialización se presentaba en el número de botellas por cartón. Grupo Modelo tenía cartones de 20 botellas, pero la comercialización en el extranjero y su competidor tenían 24. Esta diferencia desapareció en la década de los 90´s al aumentar Grupo Modelo sus cartones a 24 unidades.

Las estadísticas de la industria cervecera mundial se miden en Hectolitros vendidos, a diferencia de la refresquera que se mide en cajas de 8 onzas. En la competencia por mayor litraje, y ante mercados cada vez más competidos, una magistral salida para fortalecer los números de venta era aumentar la capacidad de las botellas (similar estrategia a la refresquera, solo que aquí con botellas retornables y latas de aluminio).

Los envases crecieron, dando en automático un incremento a las ventas aun vendiendo las mismas –o menos- cajas que el año anterior, un bálsamo y una “tregua” parcial para muchos atribulados gerentes de ventas.

Primero fue el cambio de la presentación de 940 mililitros por una de 1.27 Litros, que fue bautizada en algunos lugares como “Mega” y en otros como “Misil”.



Después un cambio aun más ambicioso, sustituir la presentación de 325 por una de 355 mililitros, lo que significo el reciclado de millones de envases.

También en las presentaciones de lata de aluminio hubo movimientos a la alza, apareciendo la lata de medio litro en marcas como Modelo Especial, Tecate y Sol. En este segmento de las latas o botes como algunos le llaman, es de destacar los esfuerzos por segmentar el mercado tipo VIP o Premium, lanzando al mercado latas estilizadas como la Corona Light.






Como parte de la mercadotecnia con tendencia a lo NO retornable se han popularizado también los envases de vidrio N.R. y han venido creciendo en participación en las ventas de todas las marcas.

Otro punto a destacar que se dio en años recientes es la botella color azul para la cerveza Modelo Light, sin duda un acierto de Grupo Modelo, que logro con este producto una punta de lanza para abrirse mercado en muchos puntos de venta y creó una moda y un concepto completo en el segmento juvenil, además de ser una estupenda cerveza light.


Dentro de las cervezas llamadas “Premium” también hay loables esfuerzos por acceder cada vez a mas consumidores vía empaques novedosos, así a finales del 2008 se lanzo con mucho éxito en el sureste de México la presentación de Modelo Especial en empaque de 710 mililitros, conservado la forma original de la botella de 325.
  








Como vemos apreciado lector, la tendencia en los empaques ha sido –al igual que en los refrescos- hacia lo grande, buscando con ello ofrecer más producto a mejor precio y al mismo tiempo fortalecer los números de venta a costa del margen por litro. Esa es la tendencia mundial.

Pero no hay mejor vendedor de cerveza o de refresco que el servicio y trabajo integral y dedicado que deben dar cada una de las áreas involucradas en el proceso de fabricación, promoción, administración, distribución, venta y servicio de una marca. Recordemos lo mencionado en este espacio en otras ocasiones, una frase de mi querido amigo el Contador Roberto Gispert: “No hay buenos o malos productos, hay buenos o malos distribuidores” y se lo digo por experiencia estimado lector, vaya que si tiene razón.


Hasta la próxima.