INTENCION

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lunes, 24 de junio de 2019

Tu verdadero nivel de riqueza


Desempolvando mi blog; que mejor forma de hacerlo compartiéndote un capítulo de mi más reciente libro: "21 cosas que me hubiera gustado saber a los 12 años".









Espero lo disfrutes...


DIECISEIS

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TU VERDADERO NIVEL DE RIQUEZA

“Si quieres hacerte rico céntrate en ganar, conservar e invertir tu dinero. Si quieres ser pobre, céntrate en gastarte el dinero”
-          T. Harv Eker -

Hay muchas definiciones de lo que significa  ser  rico. 

Ser millonario es más un estado mental que una cantidad de dinero en el banco. La realidad es que el rico puede ser pobre y el pobre puede ser rico. Por ejemplo, tener riqueza puede significar una familia feliz que vive en una pequeña casa. Del lado contrario, una familia puede tener todos los lujos y no tener una buena relación.

Es más, ser rico no se trata de tenerlo todo. La situación ideal sería tener un poco de todo: una familia feliz con comodidades, pero que se ame por sobre todas las cosas. Sin embargo, para alcanzar esta clase de riqueza junto a la libertad financiera, debes comprometerte, ser tolerante y ser perseverante.

También debes ser capaz de disfrutar tu riqueza. Algunas personas trabajan miles de horas, pero ignoran a sus seres queridos en el proceso. Otros se enfocan tanto en la parte divertida de la vida que jamás atienden sus obligaciones, Evidentemente, alcanzar un balance te ayudará a encontrar la verdadera abundancia. 
Es muy penoso ver a personas que casi en su lecho de muerte se dan cuenta que a nadie le importó que dejaran esa oficina o ese empleo al que se sacrificó casi toda su vida, ya que llegó alguien que lo suplió inmediatamente y se dan cuenta, ya tarde, que la escalera de su éxito la habían apoyado en la pared equivocada.

No quiero decir que no sea importante trabajar y esforzarse, lo que quiero ejemplificar es que debemos buscar un balance en nuestra vida, tanto laboral, como social, como familiar, como de pareja.
Recuerda ésa frase que mencionábamos en un capítulo pasado “las dos cosas”. Si te preguntan ¿qué prefieres? Amor o dinero, la mejor respuesta es “las dos cosas”.

Ahora bien, ¿como puedes medir tu verdadero nivel de riqueza financiera?
Déjame decirte que un buen salario NO es un indicador de una gran riqueza financiera.
Mira, hay personas que tienen salarios arriba de $50 mil pesos mensuales y andan con unos cuantos pesos en la cartera y su sus cuentas de banco están en ceros, es más están en negativo porque tienen varios préstamos solicitados.
¿Recuerdas el capítulo en el que tratamos el historial crediticio? Bueno pues ahí tenemos un pobre nivel de riqueza. Entonces, no es tu salario, que puede ser “muy bueno”. Es como lo administras y lo más importante, que ingresos extras tienes aparte de él.
Para ejemplificar mejor el concepto te regalo esta maravillosa frase:


Tu verdadero nivel de riqueza consiste en cuanto tiempo puedes llevar tu mismo nivel de vida sin trabajar; es decir sin contar con un salario semanal o quincenal, algo donde vendes únicamente tu tiempo.


Si me dices que después de una quincena sin recibir salario no puedes vivir como acostumbras, tu nivel de riqueza es muy bajo, es prácticamente cero.
Si puedes vivir 6 meses, porque tienes ahorros e inversiones, pero consideras que se agotarán en ese plazo, tu nivel de riqueza es mediano, pero vas por buen camino. Si me dices que puedes vivir como acostumbras, sin privaciones, por varios años sin necesidad de recibir un salario, porque has construido ingresos pasivos; felicidades, tu nivel de riqueza es alto.
Entonces, no es ese gran salario el que te garantiza un alto nivel de riqueza, es como lo aprovechas, como lo administras y cuanto más recibes por otras vías.
Conozco a personas que dicen “ahora que me aumenten el sueldo ya voy a ahorrar” y cuando llega ése momento, cuando les aumentan el salario, parece que les introdujeran un nuevo “chip” donde se les acelera la intención por gastar más. Entonces el ahorro prometido quedará para el siguiente aumento y así podemos irnos por muchos años. Y es una realidad en México y en muchos países de Latinoamérica, no tenemos el hábito del ahorro, nuestra mentalidad, sobre todo la de la clase media y baja aún no cambia. Gastamos hasta lo que no hemos ganado y tarde o temprano vienen las presiones, las frustraciones y el arrepentimiento por haber gastado de más. Recuerda el capítulo dos “Como ahorrar en 10 puntos”.





¿Y que te podría ayudar a elevar tu nivel de riqueza?

Debes iniciar con tu interior, con tu “caja de herramientas”, con tu programación interior, debes elevar tu propia energía, ya lo dice T. Harv Eker en su libro “Los secretos de la mente millonaria”; tus ingresos crecerán únicamente hasta donde crezcas tú como persona.

Y es que si no estamos programados para tener prosperidad, difícilmente podremos obtenerla y si de alguna forma la tenemos, vía una herencia o nos sacamos la lotería (que ya vimos que las probabilidades son pocas) al poco tiempo volveremos al estado financiero que teníamos antes de ese evento o incluso podríamos estar aún peor.
Y créeme, hay ejemplos de ello. Personas que heredaron fortunas de sus padres, con muy poca educación financiera y mentalidad millonaria que a los pocos años perdieron todo.
Finalmente quiero decirte que la riqueza es un resultado. ¿De que?
De nuestro mundo interior, cualesquiera que sean los resultados que estés obteniendo, buenos o malos, positivos o negativos, todos ellos son un reflejo de tu mundo interior. Si las cosas no están funcionando en tu vida exterior, es porque no están funcionando en tu vida interior. Y ahí tenemos otras excelentes frase de T Harv Eker.

“Para cambiar tus frutos, primero debes cambiar tus raíces”
“Para cambiar lo visible, primero deberás cambiar lo invisible”


Muchas veces los modelos de referencia, los ejemplos que tenemos con respecto al dinero y riqueza no son los mejores. Crecemos con frases que se refieren a lo difícil que es ganar el dinero, a las crisis económicas, a que todo está muy cuesta arriba, incluso nos dicen que los ricos son malas personas.
Pues bien, todo eso se nos va quedando en el subconsciente y determina muchas veces nuestro enfoque sobre la riqueza.
Hay una historia muy curiosa que ejemplifica este condicionamiento de pensamiento y hábitos de una generación a otra:
Resulta que una pareja de recién casados se disponía a cenar, la esposa le preparó un sándwich al marido cortándole los extremos, es decir las orillas del pan (pan de caja o mejor conocido como pan “Bimbo”), el marido le pregunta ¿porque lo haces así? Ella le contesta; -“así lo hacía mi mamá”. La siguiente semana, casualmente llega a cenar la mamá de la esposa y el marido le pregunta porque ella le cortaba las orillas al pan, la suegra sonriendo le contesta “mi madre lo hacía siempre así”.  De modo que deciden llamar a la abuela por teléfono para hacerle la misma pregunta. ¿Cuál crees que fue su respuesta?
-Le cortaba las orillas al pan porque el sartén donde calentaba los sándwiches era muy pequeño.

La cuestión es que, en general, en el ámbito del dinero tendemos a ser  iguales que nuestros progenitores o bien adoptamos una actitud que es combinación de las que cada uno de ellos tenía.

Para terminar este capitulo quiero dejarte una frase que es un poco ruda,  pero que refleja la realidad de la sociedad de muchos países en el mundo con referencia al nivel de riqueza, separando a la sociedad en las tradicionales tres clases, ricos, clase media y pobres:

Los ricos compran activos que les generan más dinero
La clase media compra pasivos (deudas) que creen que son activos (inversiones)
Los pobres solo compran cosas