Esa pregunta es la que muchos nos
hacemos después de enterarnos de los arteros y simultáneos ataques a muchos centros de
distribución y vehículos de esa firma trasnacional la semana pasada en los
estados de Guanajuato y Michoacán.
Sabritas como muchos sabemos es parte del grupo Pepsico Internacional y junto con Gamesa, Sonrics, Quaker y las mismas embotelladoras de refrescos pepsi y sus demás bebidas son uno de los grupos más fuertes en la fabricación, distribución y venta de productos de consumo masivo en México y en muchas partes del mundo.
Con que fin el crimen organizado
desencadeno estos ataques ¿? Cuál es el
objetivo ¿? Qué resultados espera ¿?
La humilde opinión de un
servidor, quien laboró más de una década para dicho grupo es que el crimen
organizado está intentando abrir, válgame la expresión – un frente mas – en esta
guerra que estamos viviendo desde hace casi 6 años. No comparto la tesis de la extorsión o cobro
de derecho de piso, porque simplemente el tamaño de una empresa así, sus mecanismos de flujo de efectivo y sus políticas
corporativas internacionales no permitirían siquiera entregar una bolsa de
papas como pago de “seguridad” a criminales.
Tampoco es creíble y raya en lo
insultante a la inteligencia la versión que dieron los llamados “caballeros
templarios” quienes se adjudicaron la autoría de los ataques al decir que sabritas apoyaba al gobierno en actividades de
inteligencia contra el grupo criminal.
Este nuevo frente, que abona aun
más a la anarquía social y al debilitamiento de las inversiones extranjeras,
sin dejar de considerar las nacionales, busca socavar las inversiones privadas,
los empleos y por derivación incrementa la posibilidad de “reclutas” al servicio del narco.
También hay que considerar que el
estado se debilita mas al tener la presión de los dueños del dinero y vaya que si se siente la presión de los
grupos que ostentan la mayoría de las inversiones y que proveen muchos empleos
e ingresos al estado vía impuestos, ya que esta guerra está literalmente
incendiando sus intereses. Y que tal la presión de los Estados Unidos ¿?.
Felipe Calderon con la directora mundial de Pepsico Indra Nooyi
Para sabritas no es nada más el
costo de las instalaciones, que en su mayoría están aseguradas. Es el costo de
un mercado sin surtir, perdiendo ventas, perdiendo personal capacitado que por
temor en algunos casos decide dejar el empleo.
Los estrategas del narco están moviendo
sus fichas en el tablero, ya no son nadamas ataques a oficinas y cuarteles policiacos y de
las fuerzas armadas. Ahora están intentando abrir un nuevo frente, un frente
que debilita, como en el box, cuando los golpes al cuerpo quitan aire y fuerza
al adversario.
Es estrategia pura. Ojala nuestro
estado este a la altura del nuevo reto.
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