INTENCION

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miércoles, 28 de noviembre de 2012

Y VOLVI A TENER 18 AÑOS



Hace justamente un año, en una noche después de 30 años me reuní con algunos de mis compañeros de preparatoria del Colegio México de Orizaba.  Ahora hace unos días repetí la experiencia con una treintena de ellos (34 colegas según los números de Pedro) en una comida que se volvió cena en un suspiro.

El reto de organizar esta comida era grande después del antecedente inmediato anterior; una cena espléndidamente organizada por Toño y Luis Gerardo en Puebla. Pero Pedro no se achicó y tomo el reto de hacer la comida de este año, contando con el auxilio de su “machetito rabón” o sea el estimado Ricardo “Chingolín”.

Perdí la cuenta del número de correos que los participantes nos enviamos antes del evento pero deben de haber sido cerca de un millar, ya que cada vez que abría mi correo me encontraba con 30 o 40 mensajes nuevos alusivos a la comida o referentes a algún contertulio.

Desde la llegada a la comida uno está inmerso en el ambiente de aquellos años de la preparatoria, las caras sonrientes, muchos con menos pelo, otros con mas kilos y arrugas, pero en esos momentos lo importante es recordar esos dorados años, donde cada uno de nosotros nos fuimos forjando como seres de bien, ciudadanos útiles para la sociedad.

El lugar de la reunión muy bien seleccionado (y patrocinado) por Pedro, un ranchito con amplios jardines a las afueras de Córdoba, con cómodas instalaciones, incluso llegue a ver por ahí un lago en la parte posterior de la finca. Los meseros muy diligentes y las viandas a la altura de tan ínclitos compañeros. Mención especial para la única compañera que asitió, la querida Dolores que desde tierras del bajío hizo el viaje para estar con nosotros, loable esfuerzo el de ella que se llevó el cariño y el reconocimiento de todos, gracias por asistir Lola.

La figura en tercera dimensión de Ricardo “Chingolín” al estilo “Chuky” el muñeco diabólico era el recibimiento que teníamos y aquel que no fuera capaz de darle un pelotazo se hacía acreedor a un “shot” de tequila. Bueno, era tal el magnetismo de la figura del “Chingolín” que creo que nadie falló en darle su pelotazo, aunque de todos modos el tequilazo también nos lo aplicábamos entre pecho y espalda. Es importante mencionar que alguno (no digo quien pero fue Oscar) intentó en repetidas ocasiones impactar sus lanzamientos sobre partes específicas del muñequín, entiendase en las pequeñas gonadas del chingolín.

El olor a carne asada nos abrió el apetito y  acompañada de un sabroso vino tinto (Tempranillo – Rioja) patrocinado por Toño hizo las delicias de todos, aunque a los meseros se les fue un poco la mano y el vino se enfrió tanto que Toño estuvo a punto de desollar vivo al encargado de la barra. La comida fue amenizada por un equipo de sonido auspiciado por Mike  y digo solo la comida porque en el postre se le chamuscó el aparato y el sonido fue sustituido  por la grabadora de cassetes que gentilmente el velador de la finca nos presto (mmmm ni hablar Mike, que bueno que no lleve los discos, no se hubieran podido oir estimado). Se aprovecho la sobremesa para hacer el lanzamiento mundial del nuevo papel de baño, diseñado y patentado por “Chingolín”, que solo le falto hacer la demostración, pero después de todo creo que será un hitazo comercial.
 
 
 
 

Pasaron las horas de sabrosa plática, llenas de recuerdos, anécdotas, debates acerca de historias verdaderas y leyendas urbanas (esas que invariablemente el protagonista en turno niega y niega y niega) cuando de prontoooo; llego la batucada.
 


Una agradable sorpresa fue la batucada que Pedro contrato, con tres jóvenes bailarinas incluidas que hicieron las delicias de todos. Nadie se salvo de bailar y tomarse la foto, la alegría se desbordo. Por un momento entre aquella música, el baile, el ambiente y mis compañeros, de verdad volví a tener 18 años.
 

Después de una obligada pausa después de tanto brinco llego el mariachi, aunque algunos ya estábamos sumerjidos en interesantes charlas que versaban desde temas políticos hasta empresariales, sin faltar las especulaciones y el infaltable “tijereteo” de aquellos compañeros que por diversas circunstancias no asistieron a la comida. Sinceramente se les extraño.

Ya entradita la noche que llegan los tacos, con tortillitas de mano y unos guisos deliciosos, un servidor en lo personal le dio con singular vigor a los de moronga, que cosa tan rica ¡

No faltaron los amigos que de repente hicieron la “graciosa huida” o sea se fueron sin despedirse, a pesar de saber que eso les traerá en todo este año varios correos alusivos a su sospechosa fuga, verdad cuñaos Juan y Ricardo ?
 
 

Se llego al punto de decidir donde y quien organizara la reunión del 2013, que es la que celebra el 30 aniversario de haber salido del Colegio. Después de un acalorado debate si debería de ser la reunión en Orizaba o México D.F. se voto y por mayoría hemos decidido viajar al D.F. como cortesía de Humberto, quien aventándose al ruedo se ofreció como único patrocinador del evento. Evidentemente arranco las palmas de la mayoría de la concurrencia.

Sin proponérnoslo, a la hora que acostumbraba   la cenicienta nos retiramos la mayoría a nuestras casas, con una gran satisfacción y la memoria alimentada de nuevos y agradables recuerdos de nuestra generación.

Seguramente la mayoría nos veremos en un año, ya se inició la cuenta regresiva y los correos seguirán fluyendo, para satisfacción del Chingolín.
 
 

 

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