Como millones de mexicanos, me dispuse a ver por TV la ceremonia del grito de independencia. Más allá de los detalles frívolos como el vestido y el collar de la Sra. Angélica Rivera, mi mente se fue llenando de un sentimiento de poco ánimo, una desazón que a fuerza de ser honesto no había sentido en una noche parecida.
Que está pasando ?, busque en redes
sociales reacciones de amigos y conocidos de varias ciudades y un porcentaje
mayoritario tenía en formas semejantes un sentimiento como el de un
servidor. También recordé comentarios de amigos en días previos a esta fecha y
ya metido en este tema me siento tras de la maquinita para poner en blanco y
negro y lo más ameno y resumido posible que es lo que creo que la mayoría de
los mexicanos estaba gritando la noche de anoche.
Cuando nuestro horizonte se torna
obscuro o gris, nos inunda cierta preocupación, nadie puede vivir tranquilo con
la certeza de que mañana y el próximo mes no tendrá muchas posibilidades de que mejore su
situación económica y entorno social. Muchos de nosotros hemos estado inmersos
en noticias malas o desalentadoras. Primero la inseguridad; Vemos como muchos
jóvenes toman el camino de las drogas y la delincuencia, los asaltos continúan
y lejos de disminuir aumentan, se dice
que las ciudades ya van a estar “blindadas” y estamos peor. Nos da temor dejar
a nuestros hijos en alguna reunión nocturna, no contestamos números
desconocidos y tantos ejemplos más que a veces leemos y otros nos enteramos por
conocidos, porque no todo se publica ya.
En lo laboral, la cosas pintan tonos
grises y no porque lo diga quien suscribe, basta sensibilizarse con lo que le
ocurre a la familia cercana, los amigos o vecinos. A la gente cada vez le alcanza
para menos, las diversiones como el circo o un viaje a la playa han pasado para
muchos a ser un entrañable recuerdo que esperan algún día se repita. El
empleado trabaja más, las exigencias y presiones del jefe o patrón son mayores
y su poder de compra se va diluyendo con el tiempo. Muchos pierden su empleo de
muchos años “gracias” a la política de algunos empresarios de contratar gente
más joven pagándole la mitad de lo que ganaba el empleado “viejo”. Sacrifican
experiencia y resultados por un ahorro económico en salarios. Que visión tan
cortoplacista ¡ Y qué tal las casas de empeño, hay más que farmacias, que mejor
indicador de la imperiosa necesidad de la clase media y baja de vivir de
préstamos y de muchas veces perder más de lo poco que tienen a merced de un escuálido
préstamo.
En lo social, hemos perdido muchas
garantías. No es posible que miles salgan de casa a romperse el alma en su
trabajo y se encuentran calles y carreteras bloqueadas y lo peor, que la
autoridad solo contempla la escena y pretende negociar con los que delinquen,
como si violar flagrantemente la ley estuviera sujeta a eso, a una negociación.
Y aún más, a nadie se le castiga ¡¡
Cuantas veces vemos tomadas casetas de peaje y los manifestantes
exigiendo cuota de paso, so pena de lincharte ¿? Muchísimas veces, las casetas
de peaje se han convertido para quien las toma en una verdadera pila de agua
bendita.
Y que tal pagar impuestos? Para
los pocos que los pagamos en vez de hacerlo más sencillo lo han vuelto cada vez
más complicado.
En lo político, podría pasarme
escribiendo por horas. Mas solo mencionare que cada vez que va a hablar el
funcionario en turno ya sé lo que va a decir y no porque sea adivino,
simplemente es una suerte de guión político el que ellos manejan; “Todo está
bien, vamos por buen camino, con esto habrá más prosperidad, le apostamos a un
mejor país, bla, bla bla. El problema es que el discurso no amarra con la
realidad y lo que es peor y ahí está la esencia del grito que mencionaba al
principio, NO HAY YA FÉ EN NUESTROS GOBERNANTES, se ha perdido ya esa certeza
de obtener lo que se desea con ellos. Los antecedentes son tan malos, los
resultados tan magros y el estilo de gobernar tan pragmático que solo los que
están directa o indirectamente beneficiados con el sistema político lo pueden
defender ( y vaya que lo hacen).
Los tiempos han cambiado, las
herramientas de comunicación social son tan veloces que el país es del tamaño
de la velocidad de tu computadora, tu tableta o tu teléfono. Esto no puede
seguir así. No es mi intención hacer de este texto un mensaje político, no hay
un ápice de intenciones propagandísticas hacia ningún lado, solo busco reflejar
en lo posible el hartazgo de muchos a quienes veo, leo o escucho. La mayoría de
los políticos no predican con el ejemplo, al revés, son ejemplo de lo que no se
debe hacer. Y ahí en sus desatinos, ambición desmedida y cinismo han logrado
construir en la mayoría de los ciudadanos esa gran voz contenida en una especie
de grito de hartazgo.
Solo basta que la mayoría nos
decidamos a cambiar, no basta con quejarnos en una reunión de cuates y a la
salida buscar esquivar el alcoholímetro, tampoco mandar correos de protesta y
salir a hacer un trámite y tener que dar una “propina” porque nos falto un
documento. Propongámonos ser ciudadanos ejemplares día a día, propongámonos
solo mañana exigir nuestros derechos, si a cada día le damos su afán y nos
unimos viendo hacia el mismo objetivo, estoy seguro que como dice la canción
que canta Yuri, siempre vendrán tiempos mejores.
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