Dentro de las asesorías de desarrollo empresarial que he venido dando en las últimas semanas a mis queridos alumnos de secundaria y bachillerato ha salido en muchas ocasiones el tema de la diferenciación, el posicionamiento y cómo aplicarlo a cada uno de los productos que ellos están creando y que buscan comercializar en un futuro. Por tal motivo considero abordar en este espacio algunas sugerencias concretas en el tema.
Utilizar las
emociones para conseguir la preferencia de potenciales clientes no es nada
nuevo. La mayoría de las decisiones de compra se toman de forma irracional, (algunos
estudiosos de la mercadotecnia le llaman compras por impulso); aunque busquemos
argumentos racionales para justificarlas.
Lo que
realmente vende es la emoción del producto, son las sensaciones que se generan al
escuchar su solo nombre o imagen de marca. Por esta razón, para poder
diferenciar nuestro mensaje, destacar de entre la competencia y, lo más
importante, calar en el corazón de nuestro público objetivo, necesitamos dotar
a nuestra estrategia de un componente emocional.
A
continuación le muestro caro lector las que considero 5 claves para desarrollar
una estrategia de marca (branding) emocional, apelando a la parte más
irracional de un público objetivo, y despertando en él esas emociones
estratégicamente seleccionadas, que vinculará a una marca:
1.- Cambiar el enfoque. Se trata de
dejar de pensar en el público objetivo como meros consumidores, para pasar a
valorar su dimensión como personas. Como tal, ellos tienen anhelos, intereses,
gustos e ideas que podemos utilizar a la hora de concebir un mensaje. Una vez que
conozcamos a nuestro destinatario, será más sencillo dirigirnos a ellos,
atendiendo a sus preferencias, y forma de ser. Es muy importante identificar, en resumen, sus estilos de vida.
A partir de aquí,
pasaremos a vender experiencias, no productos; les implicaremos en el mensaje,
no actuaremos únicamente como emisor, sino que les daremos la oportunidad de
responder.
2.- Contar una historia. Es
un excelente modo de transmitir emociones, de empatizar con el destinatario,
impactar y fomentar el recuerdo del mensaje. Las mejores historias son aquellas
que permanecen para siempre en nuestro recuerdo; ése debería ser nuestro
objetivo: ser capaces de emocionar con nuestro relato hasta el punto de ser
recordados siempre.
3.- Crear contenido emocional. Las emociones son el componente
esencial para que un contenido se haga viral. Ésta es la mejor publicidad, sincera, efectiva y además,
gratis. Por ello, deberíamos dirigir nuestros esfuerzos a la creación de contenido
que realmente impacte, diga “algo más”, y olvídese por una vez de vender y
hablar simplemente de las bondades del producto.
4.- Tocar puntos los puntos estratégicos para causar la reacción deseada. Existen determinados “botones mágicos” que
podemos tocar y provocar estímulos que inciten a nuestros potenciales clientes
a comprar. ¿Cuáles?
*Autorrealización *Poder
*Felicidad
*Asombro
*Sentido de pertenencia *Admiración *Diversión
Lo más
importante será tener claro cuál es el más adecuado para nuestro objetivo.
5.- Aprender a dejar huella. Generar emociones, ser capaces de propiciar esa conexión emocional, no
dejar a nuestro público indiferente. A
partir del impacto inicial, se despertará la afinidad o curiosidad por la marca
o producto relacionado, será entonces cuando realmente conseguiremos
instalarnos en su corazón. De convertirnos como lo menciona el gurú de la mercadotecnia Seth Godín en una "Vaca Púrpura".
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