Cuantas veces oímos de nuestros
padres; “estudia mucho, para que al salir de la escuela puedas conseguir un
buen empleo” creo que múltiples veces. Esa mentalidad que se inculca en la
mayoría de las familias mexicanas y porque no decirlo, de muchos países en Latinoamérica
es a todas luces condenatoria a un futuro financiero mediocre, aunque nuestros
padres nos lo hayan dicho incuestionablemente con las mejores intenciones.
Y no es que un servidor este en
contra de que una persona tenga un empleo, nada más alejado de eso. Pero cuando el empleo no lo disfrutas, pasan
los años y financieramente no despegas, trabajas solo para pagar deudas,
sientes que tus ingresos van por la escalera mientras ves que los de otros
suben por el elevador, adoras la llegada de un viernes y ves aterrado la
llegada de un lunes. Esas son señales inequívocas de que no vas a tener un
final de vida feliz, financieramente hablando.
Tendemos a decir que un empleo
da seguridad, y te puedo decir con toda certeza que el empleo es el lugar más
inseguro, financieramente hablando que existe. Y si le sumamos los precarios
sueldos que se pagan en nuestro México, la combinación es harto complicada.
Miremos resumidamente como están pagando actualmente las grandes empresas
trasnacionales.
La estadounidense Walmart, que
es compañía más grande a nivel mundial por volumen de ventas y el mayor
empleador en México con 197 mil “asociados” asegura en su reporte anual dar
salarios superiores al mínimo en México, sin embargo esto contrasta con lo
investigado por un servidor con empleados de esa empresa, con la información
obtenida por ejemplo una cajera percibe un salario de $1,459 pesos quincenales.
Un ayudante general $1,270 pesos.
Otro caso es McDonalds , según
su último informe anual tuvo ventas en México por $3,223 millones de pesos. Pues
esta empresa ofrece trabajo por $1,200 pesos a la quincena para laborar ocho
horas al día. Otra empresa investigada fue
“Dominós Pizza” marca estadounidense operada en México bajo el esquema de
franquicias, paga $1,500 pesos a la mayoría de su personal operativo con las
prestaciones de ley.
Con estos números es claro que
existe una clara precariedad en el ingreso laboral en el país y el grueso de
los trabajadores mexicanos se encuentra laborando en espacios donde la paga es
mínima. Un conocido mío, que es empleado
de una de las empresas mencionadas me confió que cada 3 meses lo hacen firmar
un nuevo contrato para no crear antigüedad.
Lo más preocupante de empleos
así (que son la gran mayoría) es que
paulatinamente se va afectando su dieta, muchos de sus sueños se ven frustrados
(viajes, vestido, educación profesional, vivienda, bienes de consumo), se
tienen que ir adaptando a vivir con cada vez menos e invariablemente se afecta
todo el tejido social. Vemos como algunas personas se van a vivir con sus
parientes para no pagar renta, más miembros del hogar trabajan, sacrifican su
consumo, algunas comen dos veces en lugar de tres, y si comían res, ahora solo
comen pollo o a veces ni para eso les alcanza. El deterioro del trabajo también
afecta a la red de ayuda mutua y la confianza entre las personas. Entonces con
todos esos números y consideraciones estará de acuerdo conmigo que un empleo
así, es lo más inseguro.
¿Qué hacer?
Tenemos la imperiosa necesidad
de mejorar la educación del país para primero, con ello automáticamente se
mejoraran las condiciones laborales y lo más importante, habrá mucho más
emprendimiento.
Hay que reconfigurar las habilidades generadas
por las instituciones educativas. Hay que trabajar con los muchachos desde niveles
básicos no nada más con teorías, debemos modificar el modelo educativo; necesitamos
una especie de triángulo donde un punto este enfocado a las competencias prácticas, otro a la disciplina y el liderazgo y un tercero a
competencias que llamaría “competencias
blandas” donde se incluya el “SER”, ¿a qué me refiero con esto último? A formar
personas con aspiraciones, que identifiquen sus talentos y los desarrollen, que
tengan una actitud de triunfadores, que puedan identificar sus miedos y los venzan,
con buena educación financiera, en resumen a tener gente inspirada y con
principios. Que tengan claro todos los jóvenes que para TENER, primero hay que
SER y no al revés.
Si logramos que las nuevas
generaciones de mexicanos se empiecen a educar con nuevos modelos, le aseguro
caro lector que en 25 años esta país no será el mismo, será mejor, será el que
nuestros hijos y las generaciones por venir merecen.
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