DIARIO DE UN CORDOBES: EN UNA TARDE, ENERGÍA PARA UN AÑO

Y llegó el día.

Esta vez correspondió al sábado 21 de noviembre, la fecha de la reunión anual de ex alumnos del Colegio México de Orizaba, generación 1983.

La organización de tan esperada comida estuvo dirigida atinadamente por Luis Gallardo, Ulises y Oscar López Villafuerte, por supuesto bajo el "couching" del coordinador general de la generación (creo que ya le estoy poniendo ese título; Luis Gerardo Ochoa) y la "gentil" asesoría y perpetua motivación de Ricardo Argudín.

El lugar; el amplio patio central del Hotel D´France en Orizaba. El ánimo; Intenso.

En esta ocasión, previo al saludo, pasamos por el registro visual, donde una atenta fotógrafa (que posteriormente me enteraría es familiar de Luis Gerardo Ochoa) nos capto la natural sonrisa que en una comida anual como ésta despierta en cada uno de los contertulios. Buen detalle éste, ya que imagino se integrará una especie de anuario 2015. Y aunque nuestro reflejo hacia la cámara ha cambiado tomando como referencia los anuarios del colegio, podemos afirmar que; sí, estamos una gran mayoría de aquellos graduados hace 32 años, sí, mostramos una sincera sonrisa y sí, seguimos estimándonos como ayer.

Los minutos se convirtieron en casi una hora de sucesivos saludos, invariablemente acompañados de afectuosos abrazos, palmadas en la espalda, sonrisas, carcajadas, bromas y expresiones de gusto por volver a ver a compañeros de una etapa de vida tan trascendente en una persona como lo es la educación media y media superior. Como siempre, los comentarios respecto a las canas, a los kilos y al "kilometraje" no se guardan, se expresan y se disfrutan, la confianza y desparpajo es uno de los símbolos de nuestro grupo.

Mucho gusto dio el ver a compañeros y compañeras que no habían asistido a reuniones previas, también se valoró el esfuerzo de muchos de ellos viniendo de lugares distantes como León, Toluca, Villahermosa, el DF o Puebla.

Llegó la hora de la comida, por cierto bien seleccionada por los atentos anfitriones Luis y Ulises. Atentos meseros del restaurant del Hotel D´France iban y venían. Clientela del hotel que se encontraba comiendo en el área contigua a nuestro evento observaba de vez en cuando con cierto asombro el nivel de camaradería que reinaba nuestro espacio.

A la hora de la foto grupal, las escaleras del patio central sirvieron de escenario para que los fotógrafos, como decían los clásicos, imprimieran sus placas. Y no faltó el detalle de Ricardo Argudín quien se hacía del rogar para integrarse a la foto, varios imaginamos que lo que realmente quería era que Pedro Gracían le diera un abracito en tan emotivo momento, aunque finalmente y ante un coro de "quiere llorar - quiere llorar" accedió a tomarse la foto con todos nosotros.

Ya para la sobremesa, se dio uno de los momentos álgidos de la reunión, donde varios compañeros dirigieron unas palabras a todos. Primero los organizadores; Luis Gallardo y Ulises López Villafuerte, seguidos por como mencioné al principio de este post, el coordinador de la generación, Luis Gerardo Ochoa. Donde se informó oficialmente un nuevo record de asistencia; 49 ex compañeros (el previo era 41 asistentes). Que se incrementaría minutos después a 51 con las incorporaciones, tardías pero igualmente valiosas de Juan Carlos Luna y Rafael Córdoba. También se informó de los organizadores de la siguiente reunión, cayendo la responsabilidad en Miguel Ángel Luján, Arturo Serrano y Juan Alberto Morales con fecha 26 de noviembre de 2016. Y para el 2017, la organización estará a cargo de Carlos Guraieb.

Entonces vinieron las palabras espontaneas de varias compañeras y compañeros, quienes influidos por ese ambiente de compañerismo dirigieron, estoy seguro, desde lo más profundo de su corazón su sentir. No se olvidan algunas frases vertidas por un emocionado Alejandro Reneaum sobre la admiración hacia el aguante que tuvieron nuestras compañeras (que eran minoría en el salón de clases) para con muchos salvajes (así lo dijo) que las hicimos sufrir. Momento que arrancó espontáneos aplausos y carcajadas.

Sentidas palabras de las compañeras Dolores Muñoz, María Elena Elizalde, María Isabel López y Miriam Hernández; todas coincidiendo en el enorme gusto de por lo menos una vez al año regresar a los 18 años. También tomó la palabra mi "cuñao" Ricardo Argudín, como siempre con buen humor, irónicos mensajes y uno que otro "dardo envenenado" para diversos asistentes y algún compañero que osara increparlo. Momento de risas y más bien carcajadas.

Mención especial merece el momento donde tomaron la palabra Eli Espíritu e Iván Mauricio Hernández con profundos mensajes de ayuda mutua e incluso Iván rescató algo que se había dado someramente en reuniones pasadas, algo que formó parte de nuestra educación en una escuela Marista y que estoy seguro a partir de ésta reunión será tomado más en cuenta, y es una sentida oración para agradecer por el bienestar de nuestras familias, nuestra salud y nuestro trabajo.

La reunión se prolongó con la versatilidad de irnos moviendo en grupos, es decir, nunca estuvimos en un solo lugar, con solo algunos compañeros. Eso tienen de especial estas reuniones, que a pesar de ser un número de asistentes considerable, siempre nos damos la forma de poder platicar con casi todos. No hay tribus ni sectores, no hay grupitos ni compañeros marginados, somos, gracias a Dios un colectivo unido, compacto y con desinteresados sentimientos de amistad.

Una de las conclusiones en las que muchos coincidimos es que una comida al año es en verdad muy poco tiempo para convivir y ponernos al día en noticias y comentarios. Hay que hacernos el propósito, sobre todo los que vivimos en la zona Orizaba, Fortín, Córdoba de vernos más seguido, si no en grupos grandes porque es difícil coincidir así, podría ser en grupos más pequeños e intentar sinergias en muchos campos de nuestra vida.
Se extrañaron a esos amigos que algunos por causas de salud y otros por compromisos ineludibles no asistieron. Los recordamos afectuosamente, hubo menciones especiales y estoy seguro que el próximo año harán el esfuerzo de asistir.

Y como reflexión final de estas reuniones, de su intensidad y energía es que se dan así porque nos conocimos en una etapa de la vida donde nuestro único interés era aprender académicamente y descubrir el mundo. Nos conocimos sin dobleces, sin intereses especiales. Éramos aún energía pura, que después por un efecto natural del peso de las responsabilidades de familia y del trabajo nos van desgastando. Pero que al regresar a vernos, aún así hayan pasado más de 30 años en algunos casos, regresa también ese sentimiento del compañerismo por el compañerismo puro. Bien lo reflexionó Pedro Gracián; somos 100% desinterés, somos amigos por el más puro sentido de la amistad, sin nada más anhelo, que ser eso, verdaderos amigos.